Se conmemora cada 17 de junio
Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y La Corte, nació en Salta el 8 de febrero de 1785 en el seno de una familia adinerada con buena posición económica. Su padre fue Gabriel de Güemes Montero, español quien cumplía funciones de tesorero de la Real Hacienda de la corona española, y su madre fue María Magdalena de Goyechea y La Corte, de origen jujeño y ascendencia española y portuguesa. Tuvo ocho hermanos, de los cuales se destacaría la figura de María Magdalena Dámasa, más conocida como “Macacha”; quien sería partícipe fundamental de la carrera de su hermano, mano derecha y principal colaboradora.
Martín Miguel de Güemes fue militar y político, y héroe de la liberación nacional que luchó en el norte. Comenzó su carrera militar a los catorce años. Formó parte de la defensa de la primera invasión inglesa, y en 1806 capturó una embarcación enemiga a caballo. Aprovechó la bajante del Río de La Plata y abordó la embarcación llamada Justine, y junto con un grupo de jinetes capturaron a las tropas inglesas y las llevaron presas. Fue una verdadera hazaña, hombres a caballo capturando a un barco enemigo.
De carácter rebelde y altanero, con un extraordinario coraje y talento estratégico, y un inmenso amor por la patria. Lideró la llamada “Guerra Gaucha” defendiendo al país de las invasiones realistas desde Salta y Jujuy.
Contuvo nueve invasiones españolas junto a sus gauchos, que manejaban el caballo y el terreno con maestría, conocidos como “los infernales”, quienes lucían ponchos de color rojo y pertenecían a los sectores más vulnerables. José María Paz, militar argentino que participó en varias guerras de la Argentina, sostuvo sobre Güemes: “Era adorado de los gauchos, que no veían en su ídolo sino al representante de la ínfima clase, al protector y padre de los pobres…”
Fue gobernador durante seis años en 1815, a petición del pueblo de la ciudad por asamblea popular y debido al aprecio de una gran parte de la población, el Cabildo lo designó Gobernador de la Intendencia de Salta, que comprendía por entonces las provincias de Salta, Jujuy y la región boliviana de Tarija.
Consciente de que era perseguido por las tropas enemigas, Güemes nunca quiso hacerse un retrato oficial en vida para que no lo reconozcan. Las imágenes de su rostro que conocemos en la actualidad, fueron reconstruidas en torno a los rasgos de sus familiares.
Falleció el 17 de junio de 1821, a los treinta y seis años, tras recibir un impacto de bala durante una emboscada que sufrió su ejército. Una columna realista guiada por un traidor lo sorprendió hiriéndolo de gravedad y provocándole la muerte luego de una agonía de diez días. La propia oligarquía lo traicionó. Fue el único militar argentino que murió en combate. “Voy a dejarlos, pero me voy tranquilo, porque sé que tras de mi quedan ustedes, que sabrán defender la patria con el valor del que han dado pruebas”, fueron las últimas palabras de Güemes a sus gauchos.
Dueño de una pasión desenfrenada y de una vida breve, intensa y heroica, durante décadas la historia siguió postergando su rol fundamental para el proceso de independencia en nuestro país. Actualmente, se le ha dado el lugar que merece como héroe nacional y padre de la Independencia.
El gobierno estableció, en 2016, que se considere el día de su muerte como una fecha patria, así lo decía el boletín oficial: “Modificase el decreto 1.584/2010 e incorporase como feriado nacional y día no laborable en todo el territorio de la Nación el 17 de junio de cada año, en conmemoración al paso a la inmortalidad del General Don Martín Miguel de Güemes”.
Por Ale Galvaliz