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Legitimar el diseño de indumentaria local, profesionalizarlo, volverlo sustentable y comprometido con su entorno. La quinta promoción de diseñadores del Instituto Superior Mariano Moreno y los estudiantes de los primeros cursos de la carrera honraron esas premisas durante el desfile de fin de año, que convirtió a la pasarela en un verdadero festival de ideas y creatividad.

Nueve meses de trabajo, en cátedras como Historia del Vestido o Historia del Diseño, por citar algunas, inspiraron más de una docena de colecciones en las que los alumnos dieron prueba de talento y originalidad.

Desde prendas en telar con reminiscencias andinas, hasta corsetería inspirada en la cultura del norte argentino, pasando por moldería pret-a-porter, el infaltable jean, la opción de materiales no convencionales (hubo dos trajes, a base de virulana y trapos de piso), la sastrería femenina o los diseños de alta costura.

Además de ropa, los futuros diseñadores se ocuparon de mostrar carteras, zapatos y bolsos y morrales masculinos. Y por supuesto plantearon el cierre más glamoroso: el paso de las novias de la colección “Románticas Locas”. Las chicas de blanco llegaron luego de un singular desfile de Novios de Oriente (en pareja), que llevó a la pasarela los trajes de gala que usan los enamorados para dar el sí en Japón, Indonesia, China o la India.

La noche dejó en claro que algo está pasando en Córdoba, que el diseño de indumentaria se profesionaliza a paso firme y tiene ganas de convertirse en una industria sustentable.

Cristian Fonseca, el coordinador de la carrera de Diseño, sostuvo que la única manera de legitimar esta actividad es generando espacios para que los estudiantes interactúen con la comunidad y con el sector empresarial, y recordó que durante este año, además de trabajar en moda, los alumnos desarrollaron iniciativas de diseño social (capacitando a 60 mujeres de Villa El Libertador en técnicas de corte y confección, o trabajando con la comunidad del hogar El Ángel, en la confección de indumentaria especial para chicos con problemas de motricidad para mejorar su calidad de vida).

Fonseca describió el desfile como “una instancia más en el proceso de aprendizaje de los chicos” y reforzó el compromiso de la institución para “contribuir con el diseño a una sociedad más justa, más bella y más solidaria”.