El periodista, locutor nacional, presentador y emprendedor nos relata los detalles de la profesión, cómo fue su vínculo desde niño y como la desarrolla en la actualidad
Para celebrar un nuevo aniversario del Día del Periodista en Argentina, dialogamos con Andrés Bolletta para conocer por dentro la profesión.
¿Cómo nació tu amor por la profesión?
Yo creo que la profesión lo elige a uno, y uno la desarrolla con el don de comunicar, es una cuestión de habilidades innatas desde la crianza que uno tenga. No todos nacemos para poder comunicar y llegar al otro. En todos los artistas ya sea con la voz, con el canto, la escultura o la pintura, llegar se trata de tener el ángel, ese plus o esa alma que logra abordar a los demás dentro de la comunicación.
Desde chico, saber que yo podía decir una palabra para mis padres, primos, tíos o vecinos para que me escuchen era fascinante. Después de más grande hacer lo propio en el ámbito del barrio, dar a conocer diferentes noticias de la cuadra, de lo que pasaba en el jardín o guardería, cómo lo decía, cómo preguntaba, esto de la curiosidad que es fundamental, indagar, preguntar y relatar lo que está pasando.
Mi viejo había comprado un grabador que tenía una casetera al medio y dos parlantes hacia los costados, un Hitachi. Se podía grabar la radio en cassette de cinta, entonces yo buscaba radios que pasaran música y grababa de aire, con un micrófono, mis noticias, mis saludos y mis propios programas de radio.
Después cuando aprendí a escribir un poco mejor, armaba esas noticias, relatos, crónicas o fábulas, ya que si bien he sido más oral en toda mi vida profesional, en el arte de escribir salen otras sensaciones, y cada vez que lo hago me recuerda a ese niño que escribía un cuento, una narración o poesía a sus maestras de la primaria. No sé cuando empezó, pero sé que nací con la comunicación y el periodismo incorporado.
¿Una anécdota que te haya marcado en tu vida profesional?
Mi primera nota para un medio donde me contrataron, apenas empecé la carrera de Comunicación Social en la UNC, fue a un veterano de Malvinas para un 2 de abril. Acababa de cumplir dieciocho años, empezaba la facultad en marzo y en ese mismo mes comencé a trabajar para una revista llamada “Mi vecino” de barrio San Vicente, Sarmiento, Rivadavia, Empalme, Maipú, en la zona donde nací.
A la nota todavía la conservo, como también al lazo que se produjo con el entrevistado Raúl Gorosito, que después de muchos años nos reencontramos. Ahora he podido ser el maestro de ceremonia de los actos protocolares de Malvinas desde la provincia, y en cada acto de Malvinas que estoy viene para verme y para seguir contando su historia.
¿Si no fueras periodista que serías?
Sería todo lo que soy además de ser periodista, me gusta ser dirigente de organizaciones no gubernamentales como clubes, me gusta mucho la gestión pública entendida desde la política que hacemos en el día a día y no tanto la política partidaria, no milito en ningún partido pero hago la actividad todos los días de mi vida. Soy dirigente deportivo desde que tengo uso de razón, jugaba al básquet en el Centro Vecinal Suquía de barrio Empalme y era miembro de la comisión junto con mi papá.
Me gustaba colaborar, hacer empanadas, gestionar las camisetas y salir a vender publicidad para mantener la cancha. Hoy tengo resuelta la cuestión económica con mi profesión de periodista y locutor nacional, y ejerciendo desde mi propio medio de comunicación que es “Poné la pava”. También hago otras actividades, cuando me contratan, que tienen que ver con mi corazón, dignidad y concepto de comunicación, ya que no trabajo para cualquiera, tengo la posibilidad de seleccionar.
Si tengo que responder la pregunta, hoy a mis 42 años sería solo dirigente, aunque a la actividad la llevo en paralelo con mi profesión mediante el trabajo en dos instituciones y en mi propia Fundación Pone la pava, que trabaja para la gestión de artistas.
Tres palabras que definen a un buen periodista
“Coherencia”, entre su vida y su profesión, “curiosidad” y “creatividad”, no tener que llegar a utilizar inteligencia artificial por ejemplo.
¿Qué experiencias te moldearon como periodista?
Hacer desde el minuto cero, desde que elegí la profesión y pude tener la libertad, con 17 o 18 años, de moverme en colectivo, de poder trabajar, poder pagarme yo la facultad, y poder hacer periodismo desde siempre paralelo a mi formación, no esperar el título para salir a buscar trabajo. Me siento orgulloso de eso porque es la forma de ejercer hoy con mucha autoridad.
El hecho de poder hacer una revista y la radio del barrio, animar un evento de un pueblito ya sea con tres personas o treinta mil, toda esa experiencia es la que me fue formando y moldeando. Todo es válido y no importa como es el tipo de paga, siempre será remunerada la profesión, con plata, o experiencia, beneficios, bienes, servicios, canje, uno siempre aprende y hace agenda de contactos.
¿Cuál es la pregunta que nadie hace?
Es la pregunta que se pacta antes y que no se hace porque tiene un interés económico, político o editorial detrás. Hasta la pregunta que parece incómoda para un entrevistado tiene razón de ser siempre en la preproducción/negociación de intereses previos.
Haciendo referencia a periodistas, ¿un ídolo de niño?, ¿un ídolo de grande?
Mi ídolo de niño es el mismo que de grande, Miguel Clariá por su trayectoria y todo lo que significa para el periodismo.
Por Ale Galvaliz
Fuente: Gentileza Diario Expresión Norte